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No puedo con la vida...

El porreta que quiso ser poeta

De alguna manera había que abrir esta sección después de sus "enecientos" meses de existencia. El problema estriba en que, a pesar de que cada día dedico ocho horas a encontrar la manera de acabar con la cultura, no vislumbro manera de llevar mi intención a buen puerto. Puesto que, día sí día no, desde Cádiz a Pontevedra, cada minuto nace un poeta. En un pueblo de Valencia, por ejemplo, se revela un Ovidio redivivo con el verbo fácil de Lope y la perseverancia de Goethe. Poco después nace en La Coruña un segundo Bradomín, prematuramente barbado y hasta canoso, que devora a Baudelaire y bebe absenta. Y remedando las tertulias de aquella Bohemia, se reúnen para conspirar y recitar sus versos. En lugar del Gijón, frecuentan un ubicuo y mundano café, dicen que se llama los Cuarenta Principales:

Y recordarás
las tardes de invierno por Madrid
las noches enteras sin dormir
la vida pasaba y yo sentía
que me iba a morir de amor

(Serventesio del adefesio)

Esa Juaná sin arco
ese Bill sin Gates
Aquella foto de aquel narco que viste de beige
Y esa cabaña en el lago
sé lo que hicistéis el último verano

(Cantar de jeta)

Me muero por conocerte
saber qué es lo que piensas.
Abrir todas tus puertas
y vencer esas tormentas
que nos quieran abatir
sembrar en tus ojos mi mirada
cantar contigo al alba ...
Besarnos hasta desgastarnos
nuestros labios

(Elegía mal los versos)

Vale... que a lo mejor me lo merezco
bueno... pero mi voz no te la vendo
puerta... y lo que opinen de nosotros...
léeme lo labios, yo no estoy en venta

(Cuarteto de alejandrinos)

Cuando estás
Ya no están los demás.
Cuando te vas
tengo ganas de llorar.
Perdida en el sillón de mi cuarto pienso en ti con mis manos.

(Verso libre)

Holden Caulfield.

1 comentario

elojocondientes -

qué suerte tienes de vivir en un país donde todavía nacen poetas.